#270 lo que yo decía
pues ves imaginándotelo por que aveces el carácter se consigue así.
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ignasi escribió:debemos considerar válida la teoría de que no podemos oir más allá de los 20 kHz ?
ignasi escribió:supongamos que estamos escuchando, digamos un grillo en el campo, directamente en frente de nuestra cabeza.
ignasi escribió:De donde se deduce :
velocidad media del sonido : 340 m/s = 340000 mm/s
por tanto un movimiento de 5 mm, corresponde a una frecuencia de
340000 mm/s / 5 mm = 68000 s-1
Es decir, en el rango de los 68 kHz hay información direccional relevante.
Alguien escribió:Localización binaural por diferencia de fase
La figura nos muestra la relación existente entre el retraso de fase y el ángulo de llegada para un sonido que viene de la fuente. Por d representamos la separación entre los oídos.
La localización auditiva por diferencia de fase es definitiva en una banda de frecuencias que va desde los 200 a los 800 Hz. Todo lo expuesto anteriormente, se ha limitado a tonos puros, suponiendo también que el observador es incapaz de girar su cabeza, con el fin de ayudar por si mismo a encontrar el azimut de la fuente. Generalmente no se aplican ninguna de estas restricciones, y por lo tanto no se puede determinar la dirección de llegada de un sonido ordinario mediante el alto grado de precisión que se indica por experimentos artificiales que implican tonos puros. La naturaleza compleja de tales sonidos, indica que el espectro de frecuencia se extiende sobre la mayor parte del rango audible, por lo que la diferencia entre niveles y fases se pueden usar simultáneamente para localizar la fuente sonora.
Resumiendo, para frecuencias altas (por encima de 1.000 Hz), la localización se debe fundamentalmente a la intensidad, para frecuencias bajas (por debajo de 800 Hz), la localización se realiza por medio de la fase y del tiempo de retardo del sonido en ambos oídos, en frecuencias medias se presenta una indeterminación que los seres humanos resuelven por medio de la localización tanto por la fase como por la intensidad, utilizando ambas de una forma simultánea y combinada. Cuando la ambigüedad es grande se mueve la cabeza y al variar la posición de los oídos con respecto al foco sonoro, proporciona más datos al cerebro.
Existen algunos casos de ambigüedad en la localización de la fuente, como por ejemplo los sonidos que proceden de dos fuentes situadas simétricamente a la misma distancia de la cabeza, por lo tanto los sonidos llegan al oído izquierdo con la misma diferencia de tiempo con respecto al derecho que al contrario, afortunadamente la forma asimétrica del pabellón auditivo ayuda a destruir cualquier duda ya que el sonido se modifica sustancialmente antes de llegar al tímpano dependiendo de la dirección en que se acerquen. En recintos cerrados en donde existen reflexiones sonoras, el oyente recibe diversas señales, unas vienen directamente de la fuente sonora y otras llegan después de reflejarse una o más veces en todas las superficies interiores del recinto, así como los objetos que contiene el mismo, alcanzando los oídos del oyente con diversos retardos de tiempo y desde diferentes direcciones. En general, como la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta, el sonido que llega antes es el directo que sirve para localizar la fuente por medio de la percepción binaural. Posteriormente llegan las reflexiones después de haber sido absorbida parte de la energía en los choques con las superficies límites, por lo que cada sonido reflejado, lleva menos energia que el directo, aunque la suma de todos los sonidos reflejados llevan más energía que el sonido directo, estos sonidos reflejados proporcionan el ambiente acústico o reverberación.
Alguien escribió:Localización binaural.
Los ambientes reverberantes influyen en la percepción binaural, habiéndose realizado diferentes experimentos para estudiar este fenómeno. En un recinto normal las reflexiones sonoras pueden prolongarse durante algunos cientos de milisegundos antes de extinguirse por completo. En estas condiciones parece difícil que pueda localizarse con precisión el origen del sonido, aunque todos sabemos que si se puede. Estudios realizados por Haas, dicen que en el caso de varios sonidos que llegan con cierta diferencia de tiempo, aquel que llega antes tiende a ocultar algunos efectos de los sonidos posteriores. Es una variedad de enmascaramiento que a diferencia de las vistas anteriormente no se produce en el caso de dos sonidos que se originen simultáneamente, sino que debe de existir una diferencia de tiempo entre ellos.
Hay varios tipos de efectos temporales, casos extremos son, tanto aquellos sonidos reflejados que llegan inmediatamente después del directo y que contribuyen a enriquecer la tonalidad de dicho sonido original, como los que llegan mucho más tarde y que se perciben como ecos, entre ambas situaciones límites, existen gran variedad de posibles casos intermedios. Cuando el sonido es continuo, es decir, no varía con el tiempo, el oído recibe una información directa y otra reflejada, que son idénticas en tono y cuyas intensidades varían dependiendo de las condiciones del recinto. Por esta razón es muy difícil localizar en salas normales, tonos puros cuando estos se están produciendo. En cambio si estos tonos se interrumpen momentáneamente, puede determinarse su origen, ya que los primeros ciclos facilitan claramente la destrucción al llegar con un cierto adelanto al oído con respecto a sus propias reflexiones que, inevitablemente se retrasarán.
Se expone seguidamente la experiencia realizada por Haas y Mayer cuyas conclusiones se emplearán con posterioridad. En esta experiencia un oyente que "ve" dos altavoces situados a la misma distancia bajo un ángulo de 45º, percibe dos emisiones idénticas, una de cada altavoz, que no difieren más que por el intervalo que separa su llegada al oído.
Los resultados de la observación se clasifican en cuatro categorias:
1) Intervalo de tiempo inferior a 5 ms.
El oyente escucha un sonido único de intensidad doble de la de un sólo altavoz. El sonido se escucha en la dirección de la bisectriz del ángulo de los dos altavoces.
2) Intervalo de tiempo comprendido entre 5 y 35 ms.
El oyente escucha aún un sonido único de intensidad doble, pero esta vez el sonido parece venir del primer altavoz.
3) Intervalo de tiempo comprendido entre 35 y 50 ms.
Audición separada de los dos altavoces, pero en la dirección del primero, el eco parece menos intenso que el sonido inicial.
4) Intervalo de tiempo superior a 50 ms.
Audición separada de los altavoces y en sus direcciones respectivas. Suponiendo la velocidad del sonido de 340 m/s, a estos cuatro casos le corresponden las diferencias de trayecto comprendidas entre 1,7 y más de 17 m.
De los valores indicados, si un actor habla con un muro perfectamente reflectante a la espalda, habrá adición de intensidades, mientras que la diferencia de trayecto es inferior a 12 m (teniendo en cuenta la ida y vuelta) si el muro está a menos de 6 m por detrás.
Otro posible caso de ambigüedad es cuando la fuente sonora está detrás o delante del oyente, en este caso los sonidos llegan al oyente con igual intensidad y fase a ambos oídos y es imposible definir su origen, aunque se puede resolver moviendo la cabeza y estableciendo unas diferencias de tiempo que nos ayuden en la localización. Pero en la experiencia de Haas las dos intensidades tienen el mismo valor, suponiendo la diferencia de trayecto un debilitamiento del segundo sonido, no siendo el mismo según que el oyente esté cerca o lejos. Por ejemplo, si un oyente se sitúa a unos 3 m de la fuente, la intensidad del sonido inicial escuchado directamente disminuye en 9,5 dB y la del sonido reflejado por un muro supuesto a 7,5 m por detrás (un trayecto de 15 m) ha disminuido en 23,5 dB, es decir una diferencia de 14 dB, siendo el sonido directo netamente preponderante. Por el contrario, si existe una gran distancia entre el oyente y la fuente, por ejemplo 30 m, los sonidos directo y reflejado, diferirán solamente en 3 dB, siendo el segundo la mitad del primero, por lo que la influencia no será ya despreciable. Por tanto, el muro será relativamente más útil para los oyentes alejados que para los que estén cerca.
Los experimentos de Haas han demostrado que el tiempo mínimo de retardo para la palabra depende:
1) Ritmo de la palabra.
2) Intensidad de la palabra.
3) Color de tono.
4) Tiempo de reverberación característico del recinto.
El tiempo mínimo de retardo para la palabra varía entre 40 y 170 ms, siendo para la música superior, alcanzando valores de 150 a 250 ms.
De esta forma si la estructura de tiempo de la señal básica y los modos normales de vibración del recinto, que acompañan a la señal básica, son tales que el intervalo de tiempo entre el sonido directo y la primera reflexión no excede del tiempo mínimo de retardo, en el oído se combinan los dos sonidos dando lugar a la reverberación. Pero si los intervalos son mayores que el tiempo mínimo de retardo, el oído identifica la reflexión como una señal idéntica a la directa, es decir un eco, que se detecta especialmente cuando el nivel de presión sonora de la reflexión es comparable con el nivel de presión sonora de la señal directa.
Los modos normales de vibración excitados por la señal básica, se combinan con esta y la intensifican, dando a las señales sonoras una cierta amplificación, cuyo grado depende de la absorción de energía en los límites del recinto. Esto se demuestra en la práctica por el hecho de que un cambio en la distancia entre la fuente sonora y el receptor, tiene como resultado una variación mucho más pequeña en el nivel de presión sonora de la señal, en un recinto que en un espacio abierto.
Los cambios en las condiciones en los límites del recinto, producen una alteración en las reflexiones, así como en el incremento del nivel de presión sonora, originada por los modos normales de vibración del recinto, que hacen el campo sonoro desigual.
Por consiguiente, el espacio de un recinto, tiene una influencia sobre la señal que se propaga en el, y que es:
1) Acompañamiento a la señal básica con unas reflexiones que pueden tomar la forma de un eco, alterando su estructura en el tiempo.
2) Alterando su color de tono, al introducir cambios en su espectro de frecuencia.
3) Incrementando su nivel, mediante la energía de los modos normales de vibración del recinto.
4) Creando diferentes condiciones de recepción en los distintos puntos del recinto.
ignasi escribió:
- supongamos que estamos escuchando, digamos un grillo en el campo, directamente en frente de nuestra cabeza.
- cuál es el mínimo desplazamiento de los oídos, o el mínimo ángulo de giro de nuestro cuello para notar que ya no está exactamente en frente ?
... digamos que unos 5 milimetros.
De donde se deduce :
velocidad media del sonido : 340 m/s = 340000 mm/s
por tanto un movimiento de 5 mm, corresponde a una frecuencia de
340000 mm/s / 5 mm = 68000 s-1
Es decir, en el rango de los 68 kHz hay información direccional relevante.
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