Arco escribió:
Me parece a mí que hasta que no haya un movimiento cultural y social fuerte que le dé candela efectiva al liberlalismo, va a haber un desierto en lo que a creación artística se refiere.
¿Asfixiar la cultura? Al contrario se alimenta todo el tiempo de ella. De la más "alta" a la más"under" a las más mainstream, todas venden aunque sea la aspiración de crearlas.
Hay un aspecto muy curioso en la relación entre capitalismo/liberalismo/naturaleza humana: el ser humano es un ser muy creativo, el liberalismo le da espació a esa creatividad con las libertades básicas, y el capitalismo lo encamina al negocio, bueno o malo como puede ser eso. Pero al final del día toda persona creativa se vuelve "emprendedora", del libro
http://es.wikipedia.org/wiki/Rebelarse_vende
Alguien escribió:
Potter y Heath ven muchas perspectivas culturales que suelen ser contraproducentes a los fines que suelen proclamar, como los activistas ecológicos, los jammers, matones, skaters, y la lucha contra el consumismo y señalan las similitudes entre ellos. Todos esos movimientos suelen percibir el resto del mundo (al mainstream) como oprimidos o conformistas en relación a una mayor fuerza social; la sociedad y las normas (formales y de otro tipo) se consideran represivas de la naturaleza humana por esta razón.
Estos paralelismos conducen a Potter y Heath, a la conclusión de que los movimientos contraculturales no son tan "únicos" como aparentan. Hippies y yuppies, según reclaman Potter y Heath, tienen el mismo origen; y de hecho hay menos ironía de la que muchos creen en la transición tantas veces señalada de muchos hippies de la década de 1960 a un estilo de vida yuppie, debido a que ambos estilos de vida son similares en sus valores básicos, aunque expresados de distintas maneras: una se considera alternativa, mientras la otra se considera incorporada.
"El sistema", según los autores, no es algo que tiene por objeto la conformidad, sino más bien al contrario, busca la individualidad y la competencia entre las personas, lo cual se consigue mediante la distinción mutua; ese objetivo resulta lógico porque la diferenciación entre los individuos genera que éstos demanden en el mercado capitalista nuevos productos que los diferencien de otros individuos (estimulando la expansión de dicho mercado).
Para apoyar esta afirmación, Potter y Heath señalan a productos como las películas American Beauty, Fight Club, The Matrix, o las campañas de Adbusters, todos los cuales son supuestamente creaciones contraculturales pero que en verdad llegaron a constituirse tras breve tiempo en referentes muy populares de la "cultura tradicional". El "sistema capitalista" no estaría tratando entonces de acabar con la individualidad, sino que por el contrario impulsa a la individualidad como una fuerza de distinción social, pues este afán de distinción es un elemento que hace crecer el mercado capitalista.
Las personas están en constante búsqueda para etiquetarse como "out" unos a otros, y ante tal panorama la "contracultura" ha devenido en una simple herramienta de diferenciación entre individuos al igual que otras muchas que han existido dentro del sistema capitalista. De esta manera las ropas y las costumbres (como el uso de tatuajes o de jerga) que antes pertenecían sólo a una contracultura marginal se han transformado lentamente en una moda y quedaron integradas plenamente en el modelo de consumo capitalista, adhiriéndose al mainstream.
Sepuede escribió:
#127 Interesante, pero ¿la fuente?
Lo escribí a la ligera, como una hipótesis mía. La idea es que muchas cosas que se han medido con muestras grandes de humanos(representativas), como la inteligencia, el tamaño del pene, altura, etc, etc tienen esa distribución. Una generalización, pero creo que para explicar como el mundo es como es una hipótesis interesante.