Será la manera de controlar que nadie copie música.
Los conciertos serán silenciosos y para elegir música tendremos que buscarla entre categorías.
La SGAE pondrá controladores en bocas de metro, salones y ascensores. Cualquiera que reproduzca música sin el permiso de sus autores será sancionado.
Por descontado, todas las combinaciones rítmicas y melódicas ya estarán registradas y cualquier nuevo lanzamiento proveerá a los poseedores de tales derechos.
El uso de la memoria para almacenar canciones también se gravará. La gente se educará para olvidar la música y así no comprometer los derechos de autor.