supertorpe escribió:
Es muy loable intentar, por imposible que resulte, rehabilitar la intención original del compositor.
No obstante, aunque se llegue a la conclusión de que las interpretaciones que conocemos no se corresponden a esa presunta intentación original, no se deriva de ello que se haya hecho...
Ni loable ni absurdo. Se llama interpretación por algo. La interpretación se debe basar en dos elementos. El conocimiento que aporta el análisis, el de verdad, no el de llenar de numeritos la partitura, y la visión personal. Hay dos elementos, uno objetivo y otro subjetivo.
No se descubre nada nuevo si uno se pasa un rato descubriendo cosas como los diferentes criterios de interpretación del canto gregoriano o de la música renacentista y barroca.
Estos días anda en el candelero el sr. Jordi Savall. La mayoría de los musicólogos ingleses le ponen a parir por usar instrumentos e instrumentos de percusión en la interpretación del renacimiento. Ellos opinan que no están escritos en la partitura, luego no se toca nada que no esté en la partitura. Savall opina que sí, que la partitura es contenido musical y que el estudio de las fuentes de la época, incluido el arte, representan a cantantes acompañados por instrumentos. Los ingleses dicen que incluso aceptando que dicha práctica pudiera existir no podemos asegurar a ciencia cierta cómo lo hacían así que nos limitamos al Partenón sin colores. Savall dice que tampoco podemos tener el oído de un señor del siglo XVI pero eso no quita que podamos hacer una interpretación lo más cercana que nuestro gusto y conocimiento nos permita. ¿Quién tiene razón?
Por suerte la música no es una ciencia y si hay miles de buenas versiones de Romeo y Julieta de Shakespeare o de los ballet clásicos ¡Por qué en música buscamos recetas absolutas?.
Hace no demasiados años circulaba por el mundo pianístico la edición de las obras de Bach por un tal Czerny. Cherny, músico romántico, había llenado todas las partituras de Bach de indicaciones de dinámica, articulación, tempos, rubatos, etc. Había llevado Bach al mundo romántico. Bien, es una interpretación. Entonces surgió el interés por la interpretación históricamente documentada (previamente historicismo, que no es lo mismo) y todo aquello parecía una barbaridad. Hoy pocos comparten la visión de la música de Bach al estilo Czerny o Busoni.
Los criterios interpretativos, los gustos y las informaciones están en constante cambio.
Claro, la sonata claro de luna (que no es un nombre que le dio Beethoven) es muy conocida. Forma parte obligada de cualquier recopilación de música clásica popular que se precie. El mito del claro de luna pesa mucho y es posible que no nos planteemos que pueda haber una visión diferente, pero
documentada. En la edición original no aparece ni la luna, ni el claro, ni nada de nada.
http://javanese.imslp.info/files/imglnks/usimg/3/33/IMSLP51038-PMLP01458-Op.27-2.pdf
Creo que Benjamin Zander no inventa nada. Fundamenta claramente y con datos su criterio de interpretación. El tiempo a 2 no es invención de Zander, lo pone Beethoven, pero todo el mundo tiende a subdividirlo a 4. El Adagio se asimila en el romanticismo a tiempo muy lento, pero no era así en el barroco y clasicismo. Los tresillos son acompañamiento, armonía, no son el elemento principal. Tocarlos tan lentos suena a ejercicio de principiante. Es imposible tocarlos en el piano de manera que se fundan las resonancias a un tempo tan lento. Tampoco es posible seguir la melodía del bajo tocándola como si fuese un organa de Perotín. Es conocido por los tratados de composición de la época, que las figuraciones de tresillos en el acompañamiento se asociaban al cabalgar de un caballo. Beethoven podría haber escrito su acompañamiento de muchas maneras, entre ellas un diseño de 4 semicorcheas que hubiera dada más cobertura de resonancia en vez del 3, pero elige ese otro patrón por algo. Además es un lied, si es un lied la melodía debe ser cantable, a ver quién es el cantante que es capaz de cantar esspresivo tan lento.
Otro argumento tiene que ver con la relación temática entre los movimientos, una genialidad beethoveniana, pero es más larga y compleja de explicar.
Luego con todos los datos del análisis, los apoyos en tónica, el compás, la dirección armónica, las referencias a figuras y clichés musicales, etc., Zander le da su toque subjetivo decidiendo la velocidad final.
Pero todo ello no es cuestión de capricho o llevar la contraria. Basta comparar interpretaciones de cientos de obras de Vivaldi para ver diferencias de este tipo y nadie se rasga las vestiduras.
El argumento contrario se sustenta en que es una sonata con 3 movimientos solo. Que el primero no tiene forma de Allegro de sonata, sino de Lied ternario. Por tanto corresponde a una intención de Beethoven de comenzar con el tempo lento. Pero no todos los tiempos lentos son realmente lentos. La música puede ser calmada, no ágil, pero no tiene porque ser lenta.
Confieso que a mi me convence la visión de Zander, pero por los datos más que por el gusto. Creo que lo lleva a lo demasiado apasionado adrede para demostrar mejor su planteamiento.
Pero Zander no es el único en compartir este planteamiento. Andras Schiff un gran conocedor de Beethoven la toca y la explica así:
La charla empieza con algo así.
"Seguramente piensas que es muy extraño, no es como estás habituado a escucharla, no es como tu abuela la tocaba,..." Además de argumentos similares a Zander, Schiff sostiene que en la teoría de la percepción de las tonalidades en la época do#m no era una tonalidad "moonlight" sino de otro tipo menos
Chillout
Cambiando de Sonata. Hace tiempo me preguntaba porqué Beethoven indica en las variaciones finales de la 109 el tempo
Andante molto cantabile ed expressivo pero todos los pianistas lo tocan en Adagio lento. La razón es simple. No es más que una Zarabanda barroca al estilo de ls Zarabandas de Handel o de el Aria de las Goldberg de Bach. Nadie tocaría este tempo en un andante real de metrónomo.
La práctica de decidir el tempo según la escritura musical y los tópicos utilizados viene de mucho tiempo atrás. Las indicaciones de tempo eran más de expresión que de tempo. Luego se invento el aparatejo ese llamado metrónomo que realmente no mide el tiempo, lo encorseta y todo el mundo se aficionó a obedecerle en vez de obedecer consideraciones musicales que cada vez nos quedaban más lejos.
La mayoría de los pianistas citados anteriormente son parte o provienen de la tradición romántica. No se planteaba entonces ni de lejos el estudio de las fuentes históricas ni siquiera eran informaciones fácilmente accesibles. Hoy los músicos como Schiff o Zander estudian profundamente las obras, el entorno del compositor, las teorías musicales y estéticas y de ello sacan conclusiones a las que luego dan su visión personal.
Sobre todo esto siempre recuerdo una conferencia concierto que tuve la oportunidad de presenciar con Gustav Leonhard, experto clavecinista en música del barroco. Era sobre la interpretación de Frecobaldi. Después de una larga disertación sobre las interpretaciones de los signos de ornamentación, tocó una fantasía y en varias ocasiones interpretó un símbolo de ornamento de la manera contraria a la que había defendido.
Después de la charla y la interpretación se abrió un turno de preguntas y la primera fue ¿cómo es que no había hecho lo que había predicado? Leonhard dudó, "bueno, sí es verdad, la ornamentación debería haber sido así, es la manera correcta, pero, no puedo explicarlo, en este caso prefiero hacerlo de esta otra manera. Al fin y al cabo es mi interpretación".
A pesar de todo este rollo, si me gustaría dejar claro que los intérpretes no deciden su interpretación por caprichos, se basan en el estudio y el análisis profundo. Un pianista que toque el andante de la op 109 sin reconocer en él la zarabanda, andando con brío, podrá decir que le gusta. Total la zarabanda no es un ritmo actual. En la época cualquiera, con solo mirar la partitura, se hubiera dado cuenta de que era una zarabanda y del tempo al que se tocaba. No es cuestión de llevar la contraria por crear polémica (para eso estoy yo
).
Es defender otra interpretación basándose en argumentos muy sólidos.
A mi me aterra esa costumbre tan moderna de tomar como referencia de una interpretación una grabación sin más. Hasta un mismo intérprete se reinterpreta. Probablemente hemos perdido la cuenta de las veces que Baremboin ha grabado la integral de las sonatas de Beethoven. Y cada vez las toca con significativas diferencias. O el caso de G. Gould que se ventila la Goldberg de Bach en poco más de 30 minutos en su primera grabación de 1955 y en 1981 son 50 minutos.
[Este vídeo ya no está disponible en Youtube]
¿Cuál de los dos es el Gould polémico y caprichoso? ¿Cuál el informado y respetuoso? ¿Quién tenía razón Gould o Gould? No nos quedemos en la superficie de estas aportaciones.