Seguramente, más que preferirlo, es que lo has acabado por tolerar más que otros, porque has decodificado algo más sus códigos y porque lo asocias a vivencias más gratas (nos suele suceder a los más viejos). Se llega a un momento en que te cansas y no esperas renovación y, menos, salvación, así que uno acaba quedándose en lo más suyo y rechaza ciertas cosas. Estos géneros cercanos al reggaeton nos rompen las pelotas a viejos, blancos, cultos, peor si somos músicos.
Pero hay bastante de dejar de aprender un fenómeno.¿Que se puede vivir sin participar del fenómeno?, sí; pero estamos más aislados.
Conforme vayamos adentrándonos en la nueva era post moderna (postcontemporánea siendo rigurosos) veremos cómo ya no hay una corriente con cuatro o cinco pendiendo paralelas, como sucedió desde los 80 al final del periodo, será un carajal de cosas probablemente sin mucho eco y muy determinadas por la tentación del darse a conocer, del like.
Pero no será algo que preocupe ni a los propios creadores (o recreadores), bastante habrá con conseguir energía y agua.