Aunque Gabriel no quería que se tratara la parte de su intervención en la que distingue entre crear y descubrir, yo lo haré porque me parece interesante.
Pienso que la contradicción entre descubrir y crear no se ajusta a la realidad de la práctica compositiva de los músicos. Pienso que se trata de otra contradicción: la existente entre crear de modo intuitivo, usando el oido, y crear de modo pensado, usando los conceptos de la teoría musical. El compositor que no sabe, compone de oído. El compositor que sabe, compone pensando. El compositor que silba una melodía que sale de su mundo sonoro musical interior o aquel que deja caer la mano sobre el piano, usen o no papel pautado para representar lo que les ha salido, son músicos que usan el oído para crear, son músicos que no saben, que no conocen los conceptos de la teoría musical que los capacita como compositores. El que un compositor no cree de oído no quiere decir que no use el oído. Lo usa, por ejemplo, para comprobar aquello que ha creado de forma pensada o para descartar unas posibilidades frente a otras.
El compositor que sabe, conoce aquello que crea, controla las leyes naturales que rigen el contenido sonoro musical de su obra y tiene más recursos compositivos a la hora de trabajar. El compositor que no sabe no conoce aquello que crea, no controla estas leyes y no tiene recursos. Lo primeros dominan su creación, son compositores libres. Los segundos son dominados por ella, son compositores enajenados.