Soyuz escribió:
camino de Mansilla
En el propio Mansilla, en una casa que compró mi tía que era un tipo de construcción de materiales culeros encalada del ministerio que se había pensado para Andalucía, cuando las casas de la zona son de piedra guija rojiza. El pueblo viejo se inundó cuando construyó el pantano, los trabajadores fueron en lis primeros años presos políticos. La mayoría gente de fueron a Logroño o a Bilbao y quedaron bastantes casas libres que se vendieron. En ese pueblo veraneaba Ramón Tamames,al que atendió mi padre cuando se escoñó yendo a la mina antigua. Y de ese pueblo era oriunda Ana María Matute, sus sobrinos que venían en Taxi desde Barcelona eran amigos míos, mi médico tenía casa, había sigo el médico de la independencia de Quebec, su hijo Saulo venía algún verano, un figura, nieto de la Montessori, lo último que supe es que andaba de taxista en Montreal.
Grandes escursiones y gran aprendizaje de la vida aunque fuera en la montaña, de largo mejor que los desafíos chuscos y tramposos de las ciudades, mejor inventar (aunque estuviera ya inventado) un artilugio musical después de estar todo el día subiendo y bajando riscos entre los animales, pendiente de los elementos que pendiente de algunos elementos de las urbes.
Una vez subimos los del grupo a fliparlo en aquella casa y aquella sierra de la Demanda, una semana Santa, quedaba nueve y hielo, bebimos y flipamos con sonidos progresivos. No hubo sinte porque Emilio el teclista ya curraba, era carnicero.
Para flipadas las de el que tocaba sinte en el grupo que se montó Hugo el bajista de mi banda, unos años después. Ensayábamos en
la Bene, el antiguo psiquiátrico donde había desde disminuidos hasta gente represaliada poco escriba a la que, en vez de encarcelados o peor, se les encerró.
Abríamos los archivos desvencijados y cubiertos polvo y olvido y había de todo, desde enloquecidas por amor despechado a uno que decía ver
señoritas y guardia civiles.
Esos cabrones se metían con su MS 10 y el accesorio (¿era un secuenciador?) y se daban descargas en la silla de electroshock, cómo se pasaban... Techos altísimos y ambiente del laboratorio del Dr. Mabuse.
Poco antes de dejar Logroño para venir a terminar la carrera a Madrid conseguimos que nos dejaran cargar y descargar en fin de semana, una fila de disminuidos nos ayudó a bajar los bafles por aquella escalera enorme, Pericchas, que tenía muchos bultos inmensos en la cabeza, el alimoche, el capitán Veneno, un profesor de artes marciales que cayó en depresión, y uno que era microcefálico, muy bueno, como un nene, al pobre se le cayó en una descarga de equipo una estructura con un clavo y le hizo sangrar, Paquito creo que se llamaba, cómo lloraba...
La película Freacks segunda parte.