Alguien escribió:
El problema es que en YouTube hay tantas cosas que es difícil separar el grano de la paja y no hay un método de principio a fin.
Cualquiera puede subir un vídeo a youtube y contar lo que quiera en él, pero eso no quiere decir que esté bien desde el punto de vista del sonido, hay cosas alejádisimas respecto al dia a día de un estudio, ahí el tiempo vale dinero y corre que vuela, nadie va a perder el tiempo automatizando un pista de voz comos e ve en muchos vídeos cuando apenas tienes un par de horas para hacer una mezcla completa, cualquier ingeniero coge el primer limitador que tenga a mano y deja la voz a un mismo nivel promedio, se tira muchísimo de presets, nadie con experiencia hace una mezcla in situ a tumba abierta, todos tiran de atajos, caminos conocidos de antemano, no como en los tutoriales que cuenta cada uno mil historias cuando siempre se ha mezclado igual toda la vida, o siempre se han utlizado unos parametros más bien definidos, luego ves vídeos donde para mezclar unas guitarras meten diez capas de procesamiento, que es algo que haría palidecer a gente como Steve Albini que es antiprocesamiento total, en realidad debe hacerse todo lo contrario, ser lo más efectivos posibles con los menores pasos.
Antes los ingenieros mezclaban en una mesa SSL con una reverb Lexicon y ya, ahora es todo lo contrario, tenemos infinidad de plugins, de posibilidades, ¿esto se traduce en mejores mezclas?. Pues no, porque de esa infinidad de plugins no conocemos bien ni el 90%. Los ingenieros de los 80 conocían el ecualizador y compresor por canal de una SSL 4000 a la perfección, como la palma de su mano, hacían virguerías con ellos. Y solo con eso se han hecho grandes discos.
¿Qué es lo que ocurre ahora?. Leí en un artículo por internet que a un ingeniero reconocido le dieron todo los plugins del mundo y todo el tiempo del mundo para mezclar un tema en su casa. Pasaban los días y el tipo no daba señales de vida, y ya le llamaron y le dijeron: ¿has acabado o no ?. Y les comentó que no. Le pidieron que les mostrara que había hecho durante todo este tiempo, llegaron, ¿y que se encontraron? Pues bien, había automatizado un ecualizador y un compresor en cada canal ¡cada diez segundos!. Cambios cada diez segundos, constantes. 50 horas dedicadas a esto, ¡y no había terminado!. Una locura, vamos.