Carmelopec escribió:
No voy por ahí, nunca, lo que pasa es que muchos se sienten aludidos y me salen con esto (y no lo digo precisamente por ti) o con cosas peores, no lo espòntáneo puede ser lo más de lo más; pero rara vez es espontáneo del todo y rara vez se produce.
Es cierto; caray, solo quería discutir un poco. Aquí en Murcia hace un calor sofocante. Hay que distinguir bien entre una manifestación artística y un objeto que se fabrica en serie. Esto del arte es, como he dicho antes, muy complejo. Antes cuando hablaba con amigos y quería exponer mi forma de ver el arte, les comentaba que, por ejemplo, no iba a pintar con la misma estética, un pintor con una vida llega de desgracias y un entorno pésimo que un artista con una posición acomodada. A Dalí se le criticó mucho su acomodo a distintos movimientos artísticos y su forma de actuar que no parecía sincera; parecía aprovecharse del mercado para potenciar su figura, se alineó con el surrealismo y sobre-actuaba para alimentar un personaje artificial; y el caso es que en mi opinión, es uno de los pintores con más talento de la historia.
Supongo, que aparte del talento habría que valorar la sinceridad; o el sentido del arte. Un ritmo repetitivo de unos tambores en una tribu que forme parte de un ritual y que transmita a sus gentes un estado de enajenación, no es lo mismo que un ritmo fabricado para el consumo en una sociedad occidental (aunque en ambos casos, los usuarios se pongan ciegos a drogas); y seguro que este último es más complejo y elaborado; y musicalmente con más "fundamento".
Siempre he pensado que un pintor de cuadros abstractos debe ser capaz de pintar con maestría cualquier tema de arte figurativo (un retrato, un paisaje tal y como se nos presenta en la naturaleza) y renunciar para optar por lo abstracto. De otra manera, puede ser un impostor.
Pero de ahí mi eternas contradicciones. ¿Y qué mas da? Perdonar el rollo, pero no logro llegar a una conclusión sobre todo esto.
Puede que al final, lo único que no pueda manipularse es el sentimiento que despierta un obra, y esto no depende de la técnica que se requiera para crearla, aunque el virtuosismo es argumento poderoso.