De hecho, en algunas tribus se manifestaban de forma artística (aunque su concepto no sea como el nuestro) bajos los efectos de determinadas sustancias estimulantes. Siempre he pensado que la música o cualquier expresión artística como manifestación ritual tiene un valor añadido a la meramente estética, aunque esta última también sea susceptible de interpretarla como ritual.
Algunos están más puestos, borrachos y fumaos que el público. Esos que están arriba del escenario. Y no dejan de realizar espectáculos lúdico festivos acordes a la línea musical de sus discos. Incluso los mejoran en escena. Hay una larga lista en ese sentido y no me refiero al rock. Me viene a la cabeza Billie Holiday...
Yo no.
Tengo esperándome a Robert Plant que le voy a modular la voz sobre una base electro. A ver...
Que sus den ovejitas para mimir.
Es interesante plantearse qué efectos psicológicos produce la música o determinados sonidos en el ser humano. Una vez, hace tiempo, estuve leyendo un estudio de la Universidad de Murcia acerca de donde estaba el límte para que en una audición (varía mucho si es la primera o sucesivas audiciones), un tema musical producía un efecto sugestivo en determinadas personas. No se si me explico..., resulta que si una sucesión determinada de notas no ofrece un orden determinado, por ejemplo, una sucesión aleatoria arbitraria (por llamarla de algún modo), el cerebro no la asimila y la califica de incoherente, por tanto no nos gusta (lo que mi madre llamaría "música ratonera").
Un determinado patrón ritmico, es eso, una repetición de un ritmo con la misma medida que produce una sensación repetitiva (como el corazón humano y digo esto, por su más que probable sintonía con nuestro cerebro). Una base ritmica sin este orden, resultaría caótica para nuestro cerebro. Nosotros captamos esa precisión mátemática y nos resulta sugestiva; es una determinación que tenemos, digamos una limitación (otro tema a debatir).
Eso de la base mátemática de la música, es al fin y al cabo, una determinación que nos viene impuesta por nuestra forma de percibir y asimilar el entorno.
Pues bien, cuando hace unos años se hablaba de la musica bacalao jajajajaj, mis padres comentaban el chum chum; a mi me parecía aquello lo más parecido posible a un ritmo ritual; como el que utilizaban determinadas tribus para sus rituales.
El cerebro ha ido evolucionando incorporando nuevas capas con otras funcionalidades, pero aún tenemos ahí el cerebro primitivo con impulsos como el pánico, la ira....entre otros, que ha resultado vital para nuestra superviviencia. Hasta el más petulante elitista no puede negar el efecto que puede producir una secuencia rítmica sobre su persona.
Por eso, este tema entre otros, me gustaría que se nutriera de opiniones de compañeros porque es una visión de la música desprendida de sus ulteriores connotaciones sociales; que sin duda debemos considerar y que están entrelazadas con las primeras. Hace tiempo que no escribo y por supuesto, trato de ser espontáneo, espero no resultar un poco incoherente con mis comentarios. La idea va por ahí. Un saludo