vagar escribió:Sirve igual, porque explica tanto a quien le sigue gustando el dulce, como a quien deja de gustarle porque prueba otras cosas, como a quien le sigue gustando un caramelo en determinadas situaciones.
Es una analogía que habla de cómo la experiencia va desarrollando el gusto y, sobre todo, va a abriendo otras posibilidades de placer genuino. No quiere decir que todo el mundo se desarrolle igual, sino que las fuentes de placer y emoción intensa no son necesariamente innatas, sino que también pueden estar asociadas al crecimiento de la persona.
Pero es que ahí estamos totalmente de acuerdo:
udog escribió:Yo creo que, al menos por mi parte, no se está diciendo que el conocimiento no amplie el campo de actuación, ni del gusto.
Pero lo que no creo es que a partir de todas estas conversaciones podamos concluir algún día que algo es "bueno" o "malo" gustativamente hablando, por decirlo de alguna manera, que suena fatal.
Simpelmente es mas amplio, más complejo o simple. Pero no mejor o peor, es indiferente a los calificativos.
vagar escribió:Claro, pero no significa que no sea un chiste gracioso para quien lo entiende, o que la obra de teatro de la que te marchaste no sea una genialidad para una determinada audiencia a la que no hace falta explicarle los códigos.
El caso es que se decidió explicar, como diría aquel, mal empezamos.
vagar escribió:Si la fuente de disfrute está basada en el contexto, obviamente su audiencia es menor. ¿Pero se puede decir, porque la audiencia es estadísticamente menor, que el disfrute que proporciona es menor? En mi caso suele suceder lo contrario. No quiere decir que en un momento determinado lo que más me apetezca comer no pueda ser un caramelo, o escuchar pop dulzón, o hacer como toco la guitarra y meneo la cabeza berreando "Mi rollo es el rock". Pero las experiencias más intensas y que me emocionan más profundamente hoy en día suelen provenir de estímulos más sofisticados, aunque no le digan nada a una mayoría de la población, ni me habrían dicho nada a mí mismo hace 30 años.
Por supuesto. Totalmente de acuerdo de nuevo. Los gustos varían con el tiempo y la experiencia. A mi también me ocurre, es más, a día de hoy escucho mucha más música "clásica" (término genérico,para entendernos, o culta si prefieres) que antes. Casí a partes iguales que música popular, jazz y demás. Y fíjate, viene de mi madre, que es lo que siempre ha escuchado en casa.
Pero mis gustos o hábitos no eran ni peores ni mejores, ni mi disfrute tampoco. Erán los que tenían que ser en el momento y las circunstancias.
Yo, como comenté antes, creo que el problema, si es que lo hay, es establecer rangos de "buen" y "mal" gusto. Genera directamente una reacción que no tiene nada que ver con la materia en realidad y digamos que nubla el concepto del gusto. Como cumplido sirve muy bien, como crítica queda coja. No es demostrable ni mensurable en realidad.
Otra cosa que se me ocurre y al hilo de la música culta (seguro que sbrás más que yo del tema) es que en esa música entran muchos estilos marcados por las épocas en realidad.
¿Que opinaría Bach de Satie?...o de lo que llaman "musica de vanguardia". Es más, autores coetáneos tenían opiniones muy encontradas sobre lo que hacían. Y de hecho seguro que encotraremos cartas o información de alguno reprochándole mal gusto a otro. Y el público y la crítica de tambien.
Sin embargo a día de hoy, y simplificando y generalizando, a cualquiera que escuche música culta (la que sea) le asignaremos la etiqueta de "tiene buen gusto".
A mi me encanta Tchaicovsky, y puede que a algunos les parezca un simplón comparado con otros y piensen que tengo mal gusto o un gusto pobremente desarrollado. ¿Tengo que escuchar más a Wagner?, puede ser, pero joder, que el tiempo pasa y quiero disfrutar de lo que me queda y no perderlo dándome de cabezazos (escucharé más a Wagner despues de escibir esto, seguro). De mi buen gusto