Mister Carrington escribió:
está en los libros de fuera del cole
Empieza a ser ofensivo el ataque "al cole", y no lo digo por este comentario, si no porque hayas tenido que aclarar este detalle. Espero que SOHAM no le toque volar con un piloto que pensó que los libros de "su cole" no tienen la razón, o peor que lo piense su cirujano...
Habrá revisiones constantes que hacer y me consta que muchos de los profesionales "del cole" se toman muy en serio su formación continua, más aún los que además compaginan actividad docente y profesional.
SOHAM, no sabe por cierto que la séptima menor de un acorde de B7 afinado en entonación justa suena a 432 aún cuando el diapasón haya sido A=440, y si es afinando a A=415, será la 7ª menor del C7, es decir Bb el que suene a 432. Ni que decir que otros muchos temperamentos arrojan la frecuencia "divina" sin necesidad de tocar el clavijero. Pero claro, como esto se aprende en el cole, no hay que darle crédito.
Yo me dedico profesionalmente a la música y soy de los de escuela y calle, de los tratados antiguos y los modernos, de feria y teatro, de aulas y tertulias de bar. Disfruto de la música en tantos aspectos que un reduccionismo como la defensa del hertzio tal o cual (lo mismo da) se ve tan pueril y obcecado que el discurso de abrir la mente es un contrasentido. Por eso mismo cuando a David o a mí o a cualquier otro con estudios reglados se nos achaca cerrazón casi siempre viene del mismo perfil de tertuliano, por lo general apasionado en afirmaciones, gustoso de obviedades y crédulo de historietas. Yo ya sabía a qué venía a este hilo, dicho sea de paso.
A estos tertulianos: si se trata de abrir la mente a la espiritualidad y el misticismo, adelante. Si se trata de abrirla a la razón y la ciencia, vade retro. En este sentido no hay medias tintas, se es abierto cuando se está dispuesto a oír todas las posturas, eso sí, con actitud crítica, porque sin ella corremos el riesgo de la credulidad. Yo he leído muchas de onvis, algunas muy convincentes, y las he leído con gusto y empeño. Pero pasa que al indagar (como se me invita, como si se me conociera), muchas historias como esta se desmonta con poco sentido común que se invierta. Algunos nos permitimos criticar el hertzio de la discordia sencilla y llanamente porque hemos tenido el empeño de leer sobre él, y hasta el final. Me pregunto cuantos budistas del foro han hecho lo mismo con la recomendaciones "académicas".
Creer que el 432 es más beneficioso que el 440 es nocivo, porque se rechazará de plano las bondades, no de la afinanción cualquiera que sea, si no de la propia música (habrá que ver qué música se escucha a 432 que merezca la pena...). Uno de los mayores gozos de la práctica musical es cantar a coro con entonación justa. Un trabajo cuidadoso de afinación de los acordes en este sentido lleva a una experiencia de empaste del sonido, de unión, de comunión con el otro, debido a que la suma de frecuencias acopladas así a los armónicos produce un efecto amplificador casi mágico. Yo he vivido esto a 440... ¿Quién lo ha hecho a 432?