Riser Universal escribió:
Pero es que el jazz hoy en día tampoco es un estilo de música popular.
Hoy no, pero en los años treinta o cuarenta, cuando escribía Adorno, quién sabe. Todavía no había aparecido el rock and roll ni todo lo que vino después. No había tantas opciones musicales como hoy para irse de bailoteo. Recuerdo haber leído en un libro que saqué de una biblioteca que Adorno hablaba de las máquinas jukebox. No encuentro nada de Adorno y jukebox en Google, pero sí he encontrado este artículo en que se habla de la importancia que tuvieron esas máquinas (que traducen por traganíquel), en las que se podía escuchar jazz. Sobre la fiabilidad del mismo, ni idea.
https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-31973
Alguien escribió:
En el sur, en pobres áreas agrícolas, jazz y blues se tocaban en cafés y bares de mala muerte, que recibieron el nombre de antros de traganíquel .
Alguien escribió:
Durante la depresión la melodía, a cinco centavos de dólar, tenía un precio aceptable. Los clientes podían escoger entre 24 selecciones, según el lugar, las cuales iban desde swing de banda grande y sonoros éxitos pop, hasta rithm and blues o melodías country y western. Los discos vendidos al por mayor a los dueños de traganíqueles, en muchos lugares, implicaban amplia difusión para los artistas.
Hacia 1939, los traganíqueles consumían treinta millones anuales de discos. En abril de 1942, Billboard informó que el Jersey bounce, de Benny Goodman, se estaba llevando todas las monedas.
Pues ya veis, Benny Goodman por delante del country, quién lo diría.
Por otro lado, respondiéndome a la pregunta de qué jazz había escuchado Adorno, he encontrado distintas informaciones. Hay quien dice que solo escuchó orquestas de baile alemanas, pero por otro lado estuvo exiliado en EE.UU. y no me queda claro si allí escuchó mucho, poco o nada. En uno de sus escritos habla de Ellington, pero solo para decir que era un músico respetado al que le gustaban los impresionistas. También habla de swing y de bebop, y en general me da la impresión de que sí había escuchado más jazz del que pudiera haber en Alemania.