Al que le escueza que se dé crema, pero yo llevo mis averías de automóvil al mecánico y mis enfermedades al médico, y no al revés, aunque estadísticamente haya una probabilidad infinitesimal de que uno me diera mejor consejo en el campo del otro. Es cuestión de estadística.
Igualmente, como norma general me interesa más la opinión musical de una directora de orquesta que la de mi frutero, a no ser que hablemos de copla española, en cuyo caso el experto y digno de atención es probablemente él. La directora, no obstante, tendría cosas interesantes y relevantes que decir si escucha una copla, aunque fuera por primera vez en su vida.
Otra cosa muy distinta es que cada cual tenga sus gustos, y que haya momentos en la vida para un plato de espuma de trufa y marisco con reducción de caldo de faisán y otros para una hamburguesa con patatas.
Respecto a las categorías, y a los límites de si una determinada manifestación entra o no en dicha categoría, también pueden ser difusos y admitir una cierta variación subjetiva. Cuanto peor definidas estén esas categorías, más difícil es aplicarlas. Así que empecemos por definir qué es Arte, y luego vemos si una determinada parodia entra o no en la definición.
Aunque me da la impresión de que MrKeyboard va más por el lado de si algo merece o no respeto, más que si es o no Arte. Y hay muchas cosas que merecen respeto y que no tienen por qué ser tan trascendentes y difusas como el Arte. Por ejemplo, el Oficio.
Cualquiera puede hacer una "parodia" basta de pedorretas y tacos, como la última que pone kamikase ♕ ♫ en #5 , pero no cualquiera puede hacer la zamba "Añoralgias" de Les Luthiers, que tiene una progresión de hilaridad exquisitamente graduada. Arte o no Arte, podemos discutirlo, habrá quien reserve el término Arte para manifestaciones que produzcan una conmoción emocional o una reflexión profunda. Pero rebosa Oficio por los cuatro costados, y eso sí es objetivo, demostrable y merece un respeto.