#56 Es que fué un boom total cuando salió "Salve" de LPR, dónde desde la primera canción hasta la última, como bien dices, están pregnadas de denuncias que hoy en día son vigentes, todo aderezado con humor inteligente, Evaristo aunque no lo parezca es un tío muy listo,
Alguien escribió:
¿gozas negro? tope Bwana, ¿negro gozas? en las chozas
Debussy a su vez satirizaba los estudios técnicos de piano con su "Doctor Gradus ad Parnassum". ¿Son también obras artísticas?
Yo he leído lo de Debussy y su sátira a Clementi en varias partes, pero no se por qué sería una sátira, esa es obra es tan artística y tan agradable. Lo veo como que tomó una idea de Clementi y la desarrolló a su manera pero ¿donde está la sátira? Al menos que sea que en esa época Clementi fuera considerado intocable y eso era una transgresión lo que hizo Debussy. La Sonatine bureaucratique de Satie, sí me suena que tiene una intención humorística.
lgarrido escribió:
hay bromas groseras y bromas finas e inteligentes que pueden hacer del humor un Arte, incluso aunque contengan cierto grado de crueldad y descalificación, es el género de la sátira. Cosas como "Los viajes de Gulliver", "Alicia en el país de las maravillas" o el citado "Quijote" son obras satíricas con bastante mala leche.
Cierto, el sarcasmo, la ironía pueden ser usados con mucho ingenio, en la literatura es más fácil apreciarlo, pero en la música parece que uno tiene que a veces entender la intención inicial del compositor., otras veces es más obvio.
#59 Se ve muy interesante, habría que leerlo. Ese es el libro que puse en un link más arriba de Google Books, pero supongo que allí no está completo.
MaaBo escribió:
Gracias por compartir el libro; no lo conocía y me interesa.
Puedes leer una parte en el link que está más arriba.
Yo he leído lo de Debussy y su sátira a Clementi en varias partes, pero no se por qué sería una sátira, esa es obra es tan artística y tan agradable. Lo veo como que tomó una idea de Clementi y la desarrolló a su manera pero ¿donde está la sátira?
Yo la interpretación que hago, y creo que es bastante común, es que representa a un pianista estudiando ejercicios técnicos de secuencias repetidas que se va aburriendo de tocar patrones y empieza a divagar y a distorsionar los ejercicios cada vez más, hasta que acaba en la sección más lírica de los compases 33-44. Después sacude la cabeza, deja de tocar fantasías y vuelve al trabajo.
Simplemente el nombre de la pieza ya parece una indicación clara de la intención satírica.
Pero es cierto que cuando abres la puerta del doble significado, abres la del triple, y más allá. ¿Una broma es una broma, o una broma sobre una broma? El humorista puede acabar ridiculizado por su propia creación.
Esto culmina en cosas como la Ley de Poe, que dice que, sin una indicación clara, puede llegar a ser difícil distinguir entre una parodia y una expresión genuina.
En diarios satíricos, como The Onion o El Mundo Today, es normal encontrar comentarios a los artículos que los toman en serio. Esto ha llegado hasta el punto de que, para evitar confusiones, Facebook ha modificado su software para que si publicas en tu muro un artículo de The Onion automáticamente se le añada la etiqueta [Satire].
Musicalmente hay un dúo satírico noruego llamado Ylvis que hacen parodias muy divertidas y muy cuidadas de algunos de los tópicos más recurrentes de la música pop actual.
Y sin embargo, su parodia "The Fox" se convirtió en un éxito real, subiendo al número 6 del Billboard. Querían reírse de la industria y al final es la industria la que se ha reído de ellos. Al menos le han sacado pasta.
Luego está el tema de que la música puede tener muchos propósitos. No se trata sólo de conmover o emocionar, también se puede pretender divertir, o entretener, puede formar parte de un ritual como decía Maabo en #46 , etc. No es todo Arte con mayúsculas, ni tiene por qué serlo.
Por ejemplo, es parte de la cultura del jazz, que basa mucho de su repertorio en la forma "tema y variaciones", citar dentro de las improvisaciones, a modo de broma, guiño cómplice y lucimiento musical, fragmentos de temas distintos al que se está tocando.
Incluso hay una forma o género musical dedicado enteramente a las citas, el quodlíbet. Ésta es una de las charlas de Bruce Adolphe titulada "The Point of Counterpoint". Al final suena un quodlíbet divertidísimo y muy ingenioso, como debe ser, compuesto por él mismo para sección de metales usando villancicos y temas de ópera, a partir de 1:11:40. Empieza mezclando "Jingle Bells" con el preludio de "Tristán e Isolda", para los que no conozcan alguna de las dos piezas. Desde luego escribir algo así no está al alcance de cualquiera, hace falta mucho oficio, pero ¿eso es Arte con mayúsculas? ¿Y, si decimos que no lo es, lo estaríamos descalificando?
Hablando de música y parodia y ya que nos asomamos a terrenos históricos recordar que en el Renacimiento se practicaba una forma de parodia un tanto peculiar. La Misa de Parodia consistía en utilizar una canción popular, generalmente de temática bastante picante o irreverente y dotarla de un texto religioso para usarla con los textos típicos de la misa. Tenía la supuesta función de enganchar al "público" con la música pegadiza ya demostrada como eficaz.
Un músico poco conocido por estos lugares hispánicos como Josquin Desprez es un gran humorista musical con sus dobles significados y sus motetes supuestamente serios que a veces rozan lo pornográfico.
Cualquier oído moderno que escuche esto pensará que es música muy seria, despertará ciertas alergias al sonido antiguo y otros complejos tan tópicos de hoy. Pero en su día era pura música maligna e inspirada por el diablo (a qué me suena esto)
traducción no académica del texto:
Alíviame, dulce y placentera morenita,
justo por debajo del ombligo.
alíviame de todos mis dolores
Vuestra belleza me tiene enamorado,
justo por debajo del ombligo.
Si vos tuvieras un mes, quince días en mi pequeña habitación,
Yo a vos haría, o no haría, su color más sonrosado.
Es ligeramente diferente pero en las pasiones del supuestamente serio y sesudo Johann Sebastian algunos de los corales más famosos son armonizaciones o parodias de canciones tan "serias" como "Mi corazón está conturbado por una tierna muchachita"
Versión inicial de la melodía, pensada para la diversión y el mundo profano.
Una de las múltiples versiones de Bach en la Pasión Según San Mateo, ahora la letra ha cambiado y dice "Oh cabeza llena de sangre y espinas".
Hay muchos de estos ejemplos en los contrafacta del renacimiento. Los madrigales de Monteverdi solían tener dos versiones en la letra, la versión profana y la versión religiosa.
Respecto a Debussy y Gradus ad Parnassum [url=http://es.wikipedia.org/wiki/El_rincón_de_los_niños]es ciertamente una obra satírica sobre el mundo del estudio mecánico virtuosístico para piano[/url] Realmente todo el ciclo es una parodia de mundos y personajes del mundo infantil retratados con tópicos musicales renovados. El mismo Debussy reconoce que se lo inspiró escuchar a su hija aporrear los horribles (ciertamente son horribles y antimusicales) ejercicios/estudios del Gradus ad Parnassum de Clementi. La parodia se eleva a un terreno aún más artístico en su primer estudio para piano " cambiando en este caso de protagonista al sr. Czerny
Los toques humorísticos pasan desde insertar sobre el ostinato del ostinado pianista ejercitando sus cinco dedos "tropezones" a destiempo a tonadillas populares. Es lo típico que a uno le pasa cuando repite este tipo de ejercicios de supuesto mecanismo, la cabeza se va y piensa en otras cosas mientras repiquetea el ejercicio en la lejanía. (Por cierto técnica que ya usa Satie también en las citadas Piezas en forma de pera)
La Sinfonía Clásica de Prokofiev es todo un homenaje a las miles de muestras de humor musical en Haydn y Mozart.
La música clásica puede ser antigua, pero no seria. Y no lo es puesto que los propios protagonistas nos dejan claras en muchas ocasiones sus intenciones de bromear con la música y hay incluso en los libros de teoría, descritos clichés para representar lo bufo, lo cómico, la parodia en música. Hoy la ópera no es un género que goce de gran conocimiento pero ahí encontramos los tópicos descritos con su letra correspondiente. El músico anterior a los primeros años del siglo XX no escribía música abstracta, contaba historias con música. Historias que no son traducibles al lenguaje escrito u oral, pero historias de contrastes, ambientes, personajes, etc. La 6ª sinfonía de Beethoven no es Pastoral por el título, sino por el abundante uso de lo que se conoce como Tópico Pastoral en la sinfonía, desde los compases, las tonalidades, los instrumentos, los ritmos,...
Mozart incluso titula una obra como "Una broma musical" de la que se dice: "es una parodia genial, a menudo se ha dicho que nunca en la historia de la música se ha empleado tanta inteligencia para dar tal impresión de estupidez."
Y aquí conviene recordar que los buenos chistes no necesitan explicación, es más, la explicación los destroza. Los oídos de la época sabían interpretar el humor musical, y estaría bien que los músicos curiosos fueran capaces de recuperar esa capacidad de escucha no tan abstracta de la música histórica, sobre todo porque hay obras humorísticas que se interpretan con tal seriedad que da verdadera lástima.
(Momento publicitario) Son los teóricos sesudos de mediados del siglo XX que empiezan a perder dicho contacto con la música histórica, fruto de la obsesión por el virtuosísmo mecánico y la separación entre compositor e interprete. Gentes como Schoenberg que reduce la composición, la armonía y el contrapunto a combinatoria probabilística de acordes en función de su función (valga la redundancia) armónica ampliada.
Desde mi punto de vista escuchar música con un alto contenido en tópicos y significados (lo cual no quiere decir descriptiva ni peliculera) de una manera sesuda y abstracta es como ser espectador de una obra de teatro y alejarse de la trama para centrarse en la belleza de la modulación de la voz por los actores y los contrastes de color en el escenario.
Lo dicho, la música histórica es antigua, pero no seria ni aburrida, al menos no siempre. La parodia ha existido siempre, y es una forma artística puesto que el arte no es más que la representación de lo humano. El músico barroco inglés cuando fichaba a la salida de su puesto de trabajo en la iglesia se pasaba por la taberna antes de ir a casa y escribía cosas tan serias y trascendentales como:
<<La hija del molinero cabalga hasta la fiesta
Sobre una yegua escuálida y sin sifla,
Gritó: "¡Madre, estoy perdida
Toda cubierta de pelos!"
"No digas tonterías hija,
Todas las chicas son iguales,
Y si no me crees,
Mira aquí y te enterarás."
Entonces la llevó aparte,
Y le dejó todo claro.
"Oh, madre, tú estás diez veces peor!
¡Seguro que montaste sobre la crin!">>
<<Sir Walter, gozando una noche con su damisela
La acarició y le dio tanto placer
Que ella no pudo aguantarse
Y exclamó: "¡Oh Sweet Sir Walter,
Oh switter swatter switter swatter switter swatter..." (doble significado y onomatopeya)>>
Los músicos nunca han sido ajenos a todo este tipo de pasiones humanas ligadas a lo vulgar y a la parodia. Recientemente Shostakovich fue un gran representador de lo grotesco.
Es largo y complejo explicar todos estos signos de humor y parodia en la supuesta música seria. Lleva tiempo aprender a apreciarlos y reconocerlos pero lleva a una manera de escucha de la música mucho más satisfactoria, de toda la música y todos los estilos. Viene a ser como el que entiende de vinos y no solo lo bebe y decide si le gusta o no, sino que disfruta saboreándolo, descubriendo su origen, sus matices, etc.
Perdón por la extensión de mi intervención y espero que no sea censurada por su contenido para adultos. (Curiosamente muchos de los canones de Purcell se cantan por inocentes alumnos de lenguaje musical, eso sí, sin letra, sin que ellos o sus profesores sepan el contenido explícito de su música que la lleva a estar censurada en iTunes)
Esto culmina en cosas como la Ley de Poe, que dice que, sin una indicación clara, puede llegar a ser difícil distinguir entre una parodia y una expresión genuina.
No sabía que eso tenía un nombre, pero eso es cierto, en foros donde hay trolls ellos muchas veces se disfrazan de personas con ideologías extremas y radicales para levantar polémica, todo resulta muy grotesco y caricaturesco, ellos hacen un parodia de ciertas formas de pensar pero a pesar de eso pueden parecer convicciones reales de alguien que piensa así.
lgarrido escribió:
Y sin embargo, su parodia "The Fox" se convirtió en un éxito real, subiendo al número 6 del Billboard. Querían reírse de la industria y al final es la industria la que se ha reído de ellos. Al menos le han sacado pasta.
Sí, yo lo leí. Aunque ahí también me cuesta encontrar la parodia, será en lo absurdo de la letra, que recuerda ciertas letras infantiles, y la puesta en escena con los zorros y el caballo, pero se ven tantas cosas absurdas en cierto pop que una nunca sabe. Además que la música por si sola, sin letra y sin puesta en escena es tan normal como cualquier otra.
lgarrido escribió:
Desde luego escribir algo así no está al alcance de cualquiera, hace falta mucho oficio, pero ¿eso es Arte con mayúsculas? ¿Y, si decimos que no lo es, lo estaríamos descalificando?
No sabía lo que es un quodlíbet. Sobre lo que pusiste, no se qué pensar, es como una ensalada de frases de distintas obras famosas, populares y académicas, lo interesante es cuando las combina en contrapunto y hubo una vez en que empezó una frase de una obra y a medio camino lo terminó como otro tema, eso me pareció genial. Como arte me parece algo menor, pero por el curriculum del músico, se ve que es alguien que ha hecho muchas otras cosas, yo creo que el debe ver ese quodlíbet más como un pasatiempo que como otro aspecto formal de sus trabajos, no creo que lo ponga al mismo nivel.
s largo y complejo explicar todos estos signos de humor y parodia en la supuesta música seria. Lleva tiempo aprender a apreciarlos y reconocerlos pero lleva a una manera de escucha de la música mucho más satisfactoria, de toda la música y todos los estilos. Viene a ser como el que entiende de vinos y no solo lo bebe y decide si le gusta o no, sino que disfruta saboreándolo, descubriendo su origen, sus matices, etc.
Perdón por la extensión de mi intervención y espero que no sea censurada por su contenido para adultos.
Perdón nada, al contrario, por lo menos yo lo he disfrutado completo, todo me ha parecido muy interesante, unas cuantas cosas no las conocía, como lo de las dos versiones de letras o lo de Desprez y su humorismo. Yo lo voy a volver a leer. Mientras más conocimiento se tenga más se puede disfrutar, yo oí la broma musical de Mozart, algunas cosas son obvias, como el final, pero se que muchas cosas se me escaparon, por momentos pensaba avergonzado que no me daría cuenta si era algo mal o bien hecho del clasicismo, parece que es algo malo malísimo por todos lados, tendría que conocer más para darme cuenta.
Lo veo como que tomó una idea de Clementi y la desarrolló a su manera pero ¿donde está la sátira?
Hay muchos detalles, sería extenso y muy técnico explicarlos. Tiene que ver con muchos detalles, desde compositivos a interpretativos, es decir de posiciones o articulaciones en el piano. Pero por ejemplo en el c.68 Debussy se marca unos power chrods de lo más heavy, 5as paralelas bien acentuadas sobre lo intervalos de 3m, 2A, 2m, vamos con un claro tritono involucrado do-fa# justo como acorde anterior a la tónica. La propia extensión de la cadencia final que amenaza ser plagal, pero se convierte en imperfecta con fa en el bajo y si en la parte superior y los porrazos finales que obligan a tumbar literalmente el cuerpo a la izquierda para tocar notas tan graves (en las entonces tan de moda banquetas circulares uno podía caer literalmente al suelo). Podríamos entrar en la caricaturización de los diseños de Clementi en escalas y tonalidades, que pasan por técnicas guitarrísticas y ambientes españoles poco "Clementianos" Es un humor sutil, no grotesco, pero humor y parodia al fin y al cabo.
Satie era más directo e incluso lo explicaba en la partitura. Los "Embriones disecados " debieron de ser interpretadas como reales piezas de un número cómico, con sus gesticulaciones, anuncios verbales, interrupciones, etc.
Es una parodia al mundo clásico, al de clasicismo de Beethoven.
La obra representa, el autor lo deja claro en sus anotaciones en la partitura, una escena de caza. El tópico de caza del clasicismo. Comienza con una representación tópica del caballo cabalgando. Ta-ca-taa Ta-ca-taa
Los cazadores andan un poco perdidos y el Consejero les orienta con una cancioncilla popular de la época "El orangutan" al que da un cierto tratamiento polifónico. Esto se interrumpe con una llamada de trompa de caza que está catalogada en el siglo XVII en un libro que recoge estas llamadas. Vuelve la incertidumbre del ornagutan mientras los cazadores buscan la presa.
Y entonces el compositor introduce (según sus propias indicaciones en la partitura) una "Cadencia obligada por el autor" que es una descarada parodia de las cadencia reiteradas de los finales beethovenianos.
Esto, tocado en la seriedad de una sala de conciertos o escuchado sin más hoy no se aprecia fácilmente a alguien no iniciado. Estoy seguro de que Satie no tocaba esto saliendo al escenario con un frac y tocando seriamente. Ni siquiera era música para sala de concierto. Por eso nos cuesta ver todos estos matices en otra música en la que el chiste está menos explicado.
Debussy era un gran admirador de Satie y de su humor.
La broma musical de Mozart es una troleada mayúscula. Aunque si no fuera de Mozart, que es un maestro jedi de la gracilidad y el equilibrio, a lo mejor no tendría la popularidad que tiene. Yo no sé cómo hay músicos que pueden tocarla sin que se les escape la risa floja.
AreaPiano escribió:
Gentes como Schoenberg que reduce la composición, la armonía y el contrapunto a combinatoria probabilística de acordes en función de su función (valga la redundancia) armónica ampliada.
Huy lo que m'a disho... No estoy para nada de acuerdo y me sorprende leerlo de ti. La Armonía de Schoenberg, por poner su texto más popular, no es un buen texto pedagógico para el estudiante novel ni para aprender lenguaje armónico tradicional, pero leído como un libro de estética musical el músico maduro encuentra reflexiones profundas e interesantes que reflejan un conocimiento exhaustivo del lenguaje, de los principios estéticos y un genuino amor por la tradición musical. La exhortación a probar combinaciones yo la entiendo más como una forma de generar material novedoso y explorar los límites. ¿Tú tampoco le has perdonado?
Es una parodia al mundo clásico, al de clasicismo de Beethoven.
Sí, en Satie es mucho más obvio que en Debussy, porque en Debussy todos esos detalles que has dado nunca los había pensado, eso hay que leerlo. En cambio en la pieza que pones de Satie, sin saber mucho es evidente el tono humorístico, es muy difícil no darse cuenta de la deformación y de cierta malicia, ese final que parece no terminar nunca y esa combinación de estilos con secciones que parecen versiones distorsionadas de obras formales te echa la parodia directamente a la cara. Conociendo la historia detrás y el análisis de lo que pasa es mucho más interesante, la escucha cobra más sentido.
lgarrido escribió:
¿Tú tampoco le has perdonado?
¿Perdonado de qué? ¿De hacer música dodecafónica? Yo también he leído eso de los libros de Schoenberg, que no son exclusivos para los amantes de su música. Yo no resisto esa música, por más que la pueda entender, pero son esos casos que ni entendiéndola la valoro más.
Bueno... La sencillez en la parodia también es buena y necesaria, no todo van a ser parodias sesudas, la peña ha de captar mensajes inmediatos también...
Al pobre Don Arnold le han colgado el sambenito de echar al público de la sala de conciertos, es el villano por antonomasia de la historia de la música, el Hitler de la corchea... cuando el hombre sólo pasaba por allí en un mal momento e intentó ayudar en lo que pudo, más o menos afortunadamente.
Yo no sé cómo hay músicos que pueden tocarla sin que se les escape la risa floja.
Pues ese es el problema. Los músicos modernos viven en el mundo alineado de la técnica y la perfección sin acabar de entender el fondo de la música que tocan. Es como aprender a leer ruso con símbolos fonéticos sin saber qué estas diciendo. Con las indicaciones oportunas puedes aproximarte a la entonación correcta, pero nunca le darás vida al discurso. Es como cuando escuchas a algunos de esos prodigios técnicos del lejano oriente "solfear" Albéniz en el piano como si fuera Prokofiev. Se piensa que todas las notas son iguales, que las negras son 1/4 de redonda y que con tocarlas así, perfectas, ya está la música y no es así.
lgarrido escribió:
Huy lo que m'a disho... No estoy para nada de acuerdo y me sorprende leerlo de ti.
No me lo creo. Mi poca admiración por Schoenberg como docente de un estilo de composición que no practicaba crece cada día. No me voy a extender en profundos detalles pero apuntaré algunas realidades:
1. Schoenberg no solo no escribía música tonal sino que, en cierta manera, despreciaba su composición en su momento. ¿Para qué entonces enseñar armonía?
2. Es el único libro que necesita de un segundo libro: "Guía para estudiantes de Armonía" de Sebastian Sanchez Cañas. Demasiada letra y poca música. Los ejemplos son fundamentalmente bolitas sin ritmo que suben y bajan sin conexión con el mundo de la composición real. ¿Cómo pasas de la Armonía de Schoenberg a componer una pequeña melodía acompañada? Después de 500 páginas Schoenberg no resuelve esta conexión.
3. Siendo alemán y dominando el idioma en el capítulo sobre la armonización del Coral no hace una sola referencia al texto, a la importancia que tiene en la elección de acordes. Transmite esa idea que tanto cala en los estudiantes de que Bach armoniza de formas diferentes la misma melodía coral solo por aburrimiento o por demostración de su virtuosismo armónico. Y no es así. El texto y tratar de usar las figuras retóricas de la época condiciona en gran manera las elecciones armónicas de Bach. Así que si quieres comprender su estilo y tratar de imitarlo tendrás que entrar en ello o, al menos, hacerlo notar para un estudio posterior más profundo. Pero de nuevo Schoenberg lo reduce a cálculo.
lgarrido escribió:
La exhortación a probar combinaciones yo la entiendo más como una forma de generar material novedoso y explorar los límites.
Depende. Al final la música tonal se reduce a la combinación de tres funciones que no dan lugar a tantas combinaciones. La extensión tan artificial de Schoenberg de las funciones hace parecer que el mundo armónico es más complejo de lo que realmente es, loa árboles que no dejan ver el bosque. La única ventaja y defensa al sistema de Schoenberg es la que hacen Abromont y Montalembert en su estupendo libro "Teoría de la Música: Una guía" en la que sostienen que el intento de Schoenberg corresponde a adaptar la teoría armónica al mundo del romanticismo en la que la relación de 3as es más importante o igual que la de 5as. Defensa que estaría bien si Schoenberg dedicase un solo párrafo a diferenciar los usos armónicos de Mozart de los de Liszt. Pero Schoenberg aplica esta teoría armónica derivada de los usos romántico tardíos a teoría absoluta que vale para todo. Si Bach o Mozart concebían las relaciones funcionales y tonales por quintas, habrá que explicarlo así.
lgarrido escribió:
¿Tú tampoco le has perdonado?
Desde el punto de vista didáctico me cuesta. No tanto por él, sino por el uso que se hace de sus teorías en estadios iniciales de la educación musical confundiendo al alumno. Los jóvenes acaban pensando que componer es algo así como tener suerte en la combinación de sucesiones fuertes, semifuertes o débiles. Piensan que analizar es poner todos los grados, inversiones y funciones debajo de cada acorde y acertar con las modulaciones, sin tener idea de qué significa musicalmente y expresivamente que un acorde tiene función de dominante. Y así ni les sirve como compositores, ni les sirve como intérpretes, pues seguirán tocando acordes de tónica de la misma manera que los de dominante. Yo también crecí en un entorno en el que, después de Arín y Fontanilla, Schoenberg era como la liberación. Todo el mundo idolatraba el libro.
Lo que empezó a sembrar mis dudas en estas maneras de teorizar y analizar la armonía fue una frase de un libro sobre el piano: "El Intérprete y la Música" de Monique Deschaussées. En el capítulo 7 La vida sensible y psíquica que la música reflexiona de una manera un tanto intuitiva sobre el significado diferente de las tonalidades, de la Armonía y sobre todo de las dominantes "¿SENTIMOS REALMENTE LAS DOMINANTES?" (Así lo pone Monique, en mayúsculas) Por desgracia, o por suerte, era la primera vez que escuchaba que los acordes no eran todos iguales y que poner una V debajo de un acorde no significaba otra cosa que allí había más tensión que en los que colocas un I y que si el compositor utilizaba una 7ª de dominantes es que quería más tensión aún y que la 7ª disminuida podía ser otra forma de V pero con mayor tensión. Y no solo tensión. Las técnicas semicadencias no son más que dudas o preguntas musicales. Aún hoy muchos alumnos avanzados se siguen planteando que realmente las semicadencias no existen pues generalmente después viene la tónica. Así que V-I y la cadencia es auténtica. Después de estudiar música durante una década aún no comprenden el significado real de la armonía a un nivel básico.
Así que no es que no perdone a Schoenberg, realmente el problema no es suyo. El nos dejó su versión de la teoría armónica y han sido otros los que la han convertido en exclusiva. Quizás no haya mayor número de libros de otra materia que de Armonía. Hay libros como setas, con distintos enfoques, más abstractos, más concretos, más didácticos,... pero cuando vas a una librería musical en España solo encuentras dos o tres. De los muchos publicados en el extranjero recientemente solo se ha traducido recientemente el de Gauldin. Parece que el mundo de la pedagogía de la armonía termina en Piston y Schoenberg (El Piston un poco más para torpes y el Schoenberg para los inteligentes y sesudos)
Dicho esto, ya incumpliendo mi promesa de ser breve, decir que no mantengo la misma opinión de Schoenberg como compositor. La primera vez que disfruté componiendo música fue haciendo mi primera obra dodecafónica. Olvidarme de estar con 100 ojos rebuscando octavas y quintas, saltos disonantes, todo aquello que me impedía concentrarme en el contenido musical, me dio una visión de la composición en la que es más importante trabajar con tesituras, timbres, densidades, ritmos, y hacerlo sin que los mandamientos musicales desaten la maldición sobre ti y tus descendientes.
No solo eso, sino que gracias a un gran profesor llegué a comprender la música de Schoenberg más allá de su cerebral técnica como música hiperromántica, llena de expresividad y que no debía tocarse de esa manera distante y matemática como suele hacerse.
Así que sí, perdono a Schoenberg como músico, pero no como teórico. Aunque no soy quien para juzgar, es solo una opinión.
Volviendo al tema de la parodia y relacionado con Schoenberg:
Leo Maslíah escribió:
Soy un compositor contemporáneo.
No trabajo con acordes vetustos,
y si lo hago es en tren de joda,
solamente para ridiculizarlos
o porque no los conozco
y se me forman de casualidad.
Aunque si sospecho algo,
enseguida trato de disimularlo,
rellenándolo con notaso despojándolo,
para mostrar que yo no estoy contaminado
con el significado que la cultura dio
a los agrupamientos de las notas,
y soy capaz de disfrutar de ellas
en su desnudez, en su simplicidad,
y que conozco el secreto
que subyace a la misma naturaleza del sonido
y que con eso me basta para ser feliz.
Soy un compositor contemporáneo.
Tengo prohibido crear melodías,
aunque a escondidas,
cuando tengo la seguridad de que
no hay moros en la costa,
trato de ver si me sale
algo que alguien pueda tararear
sin hacerse cirugía del cartílago cricoides o de la tráquea.
Pero no me sale nada,
¡puta que lo parió!
¿En qué me meto yo?
Igual no me interesa,
mejor hago una pieza
que vaya más allá
que aquellas estructuras tan gastadas
que no van más.
Eso mejor dejarlo para los de la música popular,
ellos saben más de eso.
Mi función es otra, estoy para marcar el nuevo rumbo
que la música futura deberá seguir
porque yo soy la vanguardia,
soy el devenir.
Genial también este dramático choque generacional entre en el barroco y clasicismo. Que termina siendo muy ilustrativo de las eternas discusiones en este foro sobre la supremacia de estilos musicales clásicos o modernos.
Al pobre Don Arnold le han colgado el sambenito de echar al público de la sala de conciertos, es el villano por antonomasia de la historia de la música, el Hitler de la corchea... cuando el hombre sólo pasaba por allí en un mal momento e intentó ayudar en lo que pudo, más o menos afortunadamente.
En eso te doy la razón. A muchos otros compositores se les conoce y perdona por una sola obra. Gente como Holst es conocido por sus Planetas. Carl Orff por Carmina Burana, etc. Sin embargo con Schoenberg no ocurre lo mismo. La mayoría de los que le demonizan admiran su Noche transfigurada o los Gurre Lieder. Solo le juzgan por su étapa más abstracta. Pero también es cierto que su afirmación "Si es para todos, no es arte y si es arte, no es para todos" causó un gran daño a la segunda mitad del siglo XX en la que la música no era juzgada por su capacidad de emoción, sino por su abstracción.
Pero realmente el "compositor contemporáneo" no es culpa de Schoenberg, sino de otros condicionantes culturales e incluso políticos. Así que dejémos a Schoenberg
Seguro que nadie que escuche esta música pensaría que está escuchando Schoenberg, tan malo no sería (como músico)
A Schoenberg se le juzga solo por cosas más como el Pierrot Lunaire
Que vuelve a llevarnos al tema de la parodia, la de introducir el mundo de cabaret de la época en la música "seria". Pero es algo que hacía Mozart en su momento con mayor éxito, comprensión y reconocimiento.
Creo que Schoenberg, como músico, merece una revisión de su caso antes de ser convertido en mera caricatura justificada por su teoría serial dodecafónica o sus afirmaciones polémicas que seguramente Stravinsky superó sin ser condenado por ello. Es como reducir a Cage a 4'33'', es una obra o concepto que forma parte de una amplia producción como compositor de la que 4'33'' es el único momento silencioso.
Pero en esto de la música a veces es como en dicho popular sobre los favores "Hazme ciento, niégame uno y no me has hecho ninguno"